EL PELIGRO DEL EVANGELIO DE LA PROSPERIDAD: UNA DISTORSIÓN DEL MENSAJE DE CRISTO

En las últimas décadas, el evangelio de la prosperidad ha cobrado gran popularidad, especialmente en el mundo occidental y en América Latina. Difundido por ciertos líderes religiosos y promovido a través de megas iglesias, programas de televisión y redes sociales, este mensaje promete bendiciones materiales, éxito financiero y salud en respuesta a la fe, las donaciones y las declaraciones positivas. No obstante, esta enseñanza no solo tergiversa el verdadero evangelio de Cristo, sino que también puede conducir a la decepción, el materialismo y una fe superficial.

¿Qué es el Evangelio de la Prosperidad?

El evangelio de la prosperidad, también conocido como teología de la prosperidad o doctrina de la palabra de fe, sostiene que Dios desea que todos sus seguidores disfruten de riqueza, éxito y salud en esta vida. Según esta enseñanza, la pobreza y la enfermedad son indicativos de una fe deficiente, mientras que la clave para recibir bendiciones materiales radica en “sembrar semillas de fe”, generalmente a través de contribuciones monetarias a la iglesia o a determinados ministerios.

Los defensores de esta doctrina suelen fundamentar sus enseñanzas en versículos bíblicos sacados de contexto, tales como:

3 Juan 1:2 – “Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma”.

Malaquías 3:10 – “Traed todos los diezmos al alfolí… y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”.

Sin embargo, esta perspectiva ignora aspectos fundamentales del mensaje de Cristo, como el llamado al sacrificio, la humildad y la dependencia total de Dios en todas las circunstancias.

¿Por qué es peligroso este mensaje?

1. Distorsiona la enseñanza genuina de Jesús

Jesús nunca prometió riquezas terrenales a sus seguidores; por el contrario, su mensaje enfatizó la renuncia a lo material y la búsqueda de tesoros celestiales:

• Mateo 6:19-20 – “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen… sino haceos tesoros en el cielo”.

• Mateo 16:24 – “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”.

El evangelio de la prosperidad desvirtúa la fe al enfocarla en la acumulación de bienes materiales, presentando a Dios como un simple proveedor de deseos terrenales en lugar de un Padre celestial que guía a sus hijos a la santidad.

2. Genera desilusión y pérdida de fe

Muchas personas que adoptan esta doctrina terminan sintiéndose defraudadas cuando no reciben las bendiciones prometidas. En lugar de entender que Dios tiene un propósito mayor en medio de las pruebas, concluyen erróneamente que su fe es insuficiente o que Dios los ha abandonado, lo que puede llevarlos a apartarse completamente de la fe cristiana.

3. Promueve la explotación económica de los creyentes

Algunos predicadores del evangelio de la prosperidad manipulan a sus seguidores para obtener grandes sumas de dinero, asegurándoles que recibirán milagros financieros a cambio de diezmos y ofrendas. Mientras tanto, ellos disfrutan de estilos de vida lujosos, lo que ha provocado escándalos y desprestigio para la imagen del cristianismo.

4. Ignora el sufrimiento y la soberanía de Dios

La Biblia muestra claramente que los seguidores de Cristo no están exentos de dificultades. Figuras bíblicas como Job, el apóstol Pablo y los primeros cristianos enfrentaron pruebas, persecuciones y pobreza, pero su fe no dependía de sus circunstancias.

2 Corintios 12:9 – “Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad”.

Filipenses 4:12 – “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado…”.

El evangelio de la prosperidad niega la realidad del sufrimiento como parte del proceso de crecimiento espiritual y desconoce la soberanía de Dios sobre cada etapa de la vida.

¿Cómo responder al Evangelio de la Prosperidad?

1. Regresar a la enseñanza bíblica

El verdadero cristianismo se fundamenta en las Escrituras, no en promesas de éxito material. La verdadera prosperidad no se mide en riquezas, sino en la comunión con Dios y en la transformación del carácter.

2. Predicar un evangelio centrado en Cristo

El mensaje central del evangelio es la cruz: entrega, amor y salvación eterna. La meta del creyente no es la acumulación de bienes materiales, sino la vida eterna en comunión con Dios.

3. Denunciar las falsas doctrinas con amor

Es fundamental advertir a otros sobre los peligros del evangelio de la prosperidad, pero siempre desde el amor y la verdad, guiándolos hacia la enseñanza bíblica genuina.

4. Practicar la generosidad sin manipulación

Las ofrendas y los diezmos deben entregarse con un corazón agradecido, sin expectativas de recompensas materiales, sino con confianza en la provisión de Dios y en su voluntad soberana.

Conclusión

El evangelio de la prosperidad es una peligrosa distorsión del mensaje de Cristo que engaña a muchos, alejándolos del verdadero propósito del cristianismo. En lugar de perseguir riquezas y comodidades, los creyentes están llamados a seguir a Cristo con fidelidad, tanto en la abundancia como en la escasez. La verdadera bendición no radica en la acumulación de bienes materiales, sino en la paz, la salvación y la comunión con Dios.

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